domingo, 23 de mayo de 2010

MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS parte 8














21. EXT. MAÑANA. TRASPATIO DE CASA DE INOCENCIO.
P.V. de alguien que observa, entre los arbustos: Inocencio sale sin camisa de su casa, por la puerta trasera. Va a un cubo con agua, se lava la cara, los brazos... De repente, escucha el ruido de una rama que se quiebra, y vuelve el rostro.

P.V. de Inocencio: una figura irreconocible se mueve rápidamente por los arbustos y echa a correr.

Inocencio se limpia el rostro con el brazo, agarra una camisa del cordel y va en dirección a los arbustos.

Breve persecución entre los arbustos, tras la figura irreconocible, Inocencio apartando ramas, hasta que de repente llega a un claro. No hay nada a la vista, ni a un lado ni al otro. Inocencio sube a un montículo de tierra y desde ahí mira hacia la casa de Dolores y ve:
Miranda cantarina, canasta en mano, viene por el camino de su casa. Inocencio sale a su encuentro, se cruzan, se miran pero no se dicen nada.







































22. EXT. / INT. MAÑANA. CASA DE DOLORES.
Dolores llena un cubo de agua. Escucha ruidos a sus espaldas, se vuelve y mira:

Miranda se aleja por el camino. Inocencio se acerca, apresurado.

Coquetamente, Dolores se hace la que no lo ha visto y entra a su casa con el cubo de agua.

Más atrás, Inocencio se aproxima hasta llegar a la casa y entra. Dolores está sentada en el borde de la mesa. Sus piernas están abiertas, el cubo de agua a sus pies, y con una esponja se moja el cuello y deja correr el agua, bajando la mano suavemente por un seno descubierto, cubierto por el agua.

DOLORES
¡Ay, Inocencio, usted siempre tan puntual!

Inocencio no vuelve la mirada, sino que se regodea en el seno descubierto de Dolores. Ella sonríe y se lo cubre tímidamente.

INOCENCIO
Acabo de cruzarme con Miranda...

Dolores sabe que la blusa mojada revela sus senos y se levanta, va a la tinaja y sirve agua en una jícara.

DOLORES
La mandé a la casa de la abuela, me costó un trabajo convencerla…

INOCENCIO
Pensé que era muchacha obediente…

Dolores se aproxima a Inocencio.

DOLORES
Ve lo que le digo, compadre. Esa niña está rebencúa.

Dolores sonríe y bebe sin dejar de mirar a Inocencio seductoramente.

INOCENCIO
Salió con el carácter de Lucio, que en paz descanse…
pero es una buena muchacha.

Dolores se arregla las tetas en el vestido y se mueve insinuante.

DOLORES
¿Quiere un poquito de café? Está caliente.

Inocencio se le aproxima.

INOCENCIO
Bueno, nunca está de más…

Dolores le extiende un pocillo. Inocencio bebe el café de un sorbo. Dolores echa la cabeza hacia atrás y se abanica con la mano.

DOLORES
¿Por qué no se viene esta noche para que coma con nosotras?

INOCENCIO
Gracias. Usted tiene muy buena sazón, Dolores, se huele…
Además quiero hablarle de algo importante…

Dolores lo mira de arriba abajo. Inocencio la mira, se cruzan las miradas. Inocencio pone el pocillo sobre la mesa.

INOCENCIO
Ayer vino el cabo Quiñones…

DOLORES
(Fingiendo)
¿El policía?

INOCENCIO
La Abuela lo mandó a llamar para rematar lo del desalojo…

DOLORES
(Sonríe coquetamente)
Yo lo sé… Ayer los vi a los dos discutiendo…

INOCENCIO
Bueno, yo pensé que se iba a preocupar…
Ella está dispuesta a sacarlas.

DOLORES
(Con intención)
¡Con usted a mi lado, me siento segura!
Miranda y yo le debemos tanto…
Inocencio se le acerca más pero no la toca. La huele.

INOCENCIO
No se preocupe, no me deben nada…
Yo le prometí a Lucio que estaría cerca de usté
y de la niña pa’ lo que sea.

Dolores cierra los ojos, se abre el vestido y le revela los senos.

DOLORES
¡Pa’ lo que sea, sí, señor! ¡Pa’ lo que sea!

Inocencio no se resiste más y se besan, la sube sobre la mesa y acerca su lengua a un pezón erecto. De repente, se separa.

INOCENCIO
Mejor no, comadre… La niña puede venir.

DOLORES
No se preocupe, Inocencio. Siempre hace lo
que uno no quiere que haga…

Inocencio vuelve a abrazarla, pero aún dudoso. Dolores ríe.

DOLORES
Si usté le dice, “No te vayas por la manigua”,
por ahí derechito se va…

Inocencio se separa bruscamente.

INOCENCIO
¡No diga eso, comadre! La niña puede estar en peligro!

Inocencio toma el hacha que clavó en el madero y sale de la casa. De un manotazo, Dolores lanza el pocillo que Inocencio dejó sobre la mesa y queda excitada, arriba de la mesa.









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