jueves, 27 de mayo de 2010

MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS PARTE 9 y FINAL














23. EXT. DIA. CAMINO DEL BOSQUE.
Inocencio corre por los matorrales.

Miranda camina por un sendero del monte.

P.V. de desde los arbustos: Miranda llega a la orilla de un río.

Inocencio corre.

P.V. de alguien que acecha: Miranda en el río.
Inocencio corre y cruza un riachuelo.

P.V. de alguien que acecha: Miranda recoge flores.

Inocencio se detiene al borde de un claro donde hay un bohío.

P.V. de alguien que acecha: Miranda mira a cámara, descubriendo el acecho, se apresura, toma el camino del bohío y casi corre hacia el claro.
De repente, Dully sale al paso y se lanza sobre Miranda.

Al descubrir que es Dully, Miranda se queda tranquila boca arriba con la respiración agitada. Dully sonríe y trata de hablar, señalando hacia el bohío:

DULLY
El Ca-cagüeiro, el....

Miranda lo golpea fuertemente en la cara con la canasta.

Dully se levanta llorando, y va cojeando rumbo al bohío.

Miranda se levanta y se estira la ropa, de pronto escucha un ruido. Nerviosa mira a un lado y a otro pero solo ve maleza. Agarra la cesta y corre en la misma dirección detrás de Dully, quien ha entrado al bohío.

















































24. INT. DÍA. CASA DE LA ABUELA.
En una cama, yace el cuerpo mutilado, ensangrentado e inerte de la Abuela.

Inocencio, de pie frente a la cama, blande el hacha ensangrentado. Siente una respiración molesta a sus espaldas. Gira y ve:

Dully sostiene en alto un madero y lo mira lloroso.

Inocencio descarga un hachazo y derriba a Dully de un golpe mortal.

Miranda entra corriendo, se detiene en seco y da un grito de terror. Miranda se aproxima a la cama, se sienta junto el cuerpo de la Abuela, le toca la piel fría. Le coloca la canasta en las piernas. Se levanta aún aterrada. Va hacia atrás, choca con el cuerpo de Dully. Inocencio que está al fondo, pegado a la pared, deja caer el hacha en el piso. Miranda reacciona, se voltea y lo mira con asombro.

INOCENCIO
¿Estás contenta...?

MIRANDA
¡Tío!

Inocencio la interrumpe, excitado.

INOCENCIO
Mira lo que le hizo el Cagüeiro a tu pobre abuela...

MIRANDA
No, no, fuiste tú.

INOCENCIO
Fue Dully. Dully era el Cagüeiro.

MIRANDA
Dully era un infeliz. Asesino.

INOCENCIO
Ya se acabó. No tendrás que volver a ver a esta bruja.
Ya yo cumplí mi parte.

Inocencio introduce una mano bajo la blusa de Miranda, que se deja por un instante, a la vez que Inocencio se busca el pene entre la ropa y lo saca. Al ver eso, Miranda se separa, toma la canasta de las piernas de la Abuela y le da un golpe a Inocencio. Inocencio la toma por los brazos y la obliga a echarse al suelo. Miranda salta sobre Inocencio, le clava las uñas en la cara y le arranca el crucifijo. Inocencio le desgarra las ropas y la arrastra hasta la pared, le arranca la blusa, le muerde los senos, la toma por las corvas a la altura del codo, la levanta en vilo y la clava. Miranda abre los ojos desmesuradamente y lo escupe. Los dos cuerpos giran hacia la cama y caen sobre el cadáver de la Abuela. Miranda se coloca encima de Inocencio y empieza a disfrutar el jadeo. De la cama, los dos cuerpos caen al suelo al lado de Dully decapitado. Inocencio y Miranda están embarrados de sangre. Miranda está debajo de Inocencio y llega a un fuerte orgasmo, él levanta el brazo y le pega un golpe con fuerza sobre las costillas. El rostro de Miranda queda al lado del crucifijo ensangrentado. La mano de Inocencio recoge el crucifijo. Miranda se recuesta a la pared sollozando abrazada a sus rodillas.

Inocencio se cuelga el crucifijo a la vez que habla.

INOCENCIO
Esto ha sido la obra de Satanás. Pero ya hemos vuelto a la
protección del Señor. Vamos para tu casa que se está haciendo
tarde. Tu madre nos espera con un rico ajiaco.
























































































































25. EXT. TARDE. CASA DE LA ABUELA / CAMPO.
Miranda e Inocencio salen del bohío. Inocencio da una última mirada al lugar y arroja una antorcha encendida al interior. Miranda, al lado de Inocencio, tiene un desfallecimiento. El hombre la toma en brazos. Ella se abraza a su cuello. Inocencio no la mira, se aleja del lugar con Miranda en brazos mientras el bohío es consumido por las lenguas de fuego.

P.V. de alguien que los observa entre los arbustos: Inocencio avanza por el campo abierto con Miranda en sus brazos.

FIN









domingo, 23 de mayo de 2010

MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS parte 8














21. EXT. MAÑANA. TRASPATIO DE CASA DE INOCENCIO.
P.V. de alguien que observa, entre los arbustos: Inocencio sale sin camisa de su casa, por la puerta trasera. Va a un cubo con agua, se lava la cara, los brazos... De repente, escucha el ruido de una rama que se quiebra, y vuelve el rostro.

P.V. de Inocencio: una figura irreconocible se mueve rápidamente por los arbustos y echa a correr.

Inocencio se limpia el rostro con el brazo, agarra una camisa del cordel y va en dirección a los arbustos.

Breve persecución entre los arbustos, tras la figura irreconocible, Inocencio apartando ramas, hasta que de repente llega a un claro. No hay nada a la vista, ni a un lado ni al otro. Inocencio sube a un montículo de tierra y desde ahí mira hacia la casa de Dolores y ve:
Miranda cantarina, canasta en mano, viene por el camino de su casa. Inocencio sale a su encuentro, se cruzan, se miran pero no se dicen nada.







































22. EXT. / INT. MAÑANA. CASA DE DOLORES.
Dolores llena un cubo de agua. Escucha ruidos a sus espaldas, se vuelve y mira:

Miranda se aleja por el camino. Inocencio se acerca, apresurado.

Coquetamente, Dolores se hace la que no lo ha visto y entra a su casa con el cubo de agua.

Más atrás, Inocencio se aproxima hasta llegar a la casa y entra. Dolores está sentada en el borde de la mesa. Sus piernas están abiertas, el cubo de agua a sus pies, y con una esponja se moja el cuello y deja correr el agua, bajando la mano suavemente por un seno descubierto, cubierto por el agua.

DOLORES
¡Ay, Inocencio, usted siempre tan puntual!

Inocencio no vuelve la mirada, sino que se regodea en el seno descubierto de Dolores. Ella sonríe y se lo cubre tímidamente.

INOCENCIO
Acabo de cruzarme con Miranda...

Dolores sabe que la blusa mojada revela sus senos y se levanta, va a la tinaja y sirve agua en una jícara.

DOLORES
La mandé a la casa de la abuela, me costó un trabajo convencerla…

INOCENCIO
Pensé que era muchacha obediente…

Dolores se aproxima a Inocencio.

DOLORES
Ve lo que le digo, compadre. Esa niña está rebencúa.

Dolores sonríe y bebe sin dejar de mirar a Inocencio seductoramente.

INOCENCIO
Salió con el carácter de Lucio, que en paz descanse…
pero es una buena muchacha.

Dolores se arregla las tetas en el vestido y se mueve insinuante.

DOLORES
¿Quiere un poquito de café? Está caliente.

Inocencio se le aproxima.

INOCENCIO
Bueno, nunca está de más…

Dolores le extiende un pocillo. Inocencio bebe el café de un sorbo. Dolores echa la cabeza hacia atrás y se abanica con la mano.

DOLORES
¿Por qué no se viene esta noche para que coma con nosotras?

INOCENCIO
Gracias. Usted tiene muy buena sazón, Dolores, se huele…
Además quiero hablarle de algo importante…

Dolores lo mira de arriba abajo. Inocencio la mira, se cruzan las miradas. Inocencio pone el pocillo sobre la mesa.

INOCENCIO
Ayer vino el cabo Quiñones…

DOLORES
(Fingiendo)
¿El policía?

INOCENCIO
La Abuela lo mandó a llamar para rematar lo del desalojo…

DOLORES
(Sonríe coquetamente)
Yo lo sé… Ayer los vi a los dos discutiendo…

INOCENCIO
Bueno, yo pensé que se iba a preocupar…
Ella está dispuesta a sacarlas.

DOLORES
(Con intención)
¡Con usted a mi lado, me siento segura!
Miranda y yo le debemos tanto…
Inocencio se le acerca más pero no la toca. La huele.

INOCENCIO
No se preocupe, no me deben nada…
Yo le prometí a Lucio que estaría cerca de usté
y de la niña pa’ lo que sea.

Dolores cierra los ojos, se abre el vestido y le revela los senos.

DOLORES
¡Pa’ lo que sea, sí, señor! ¡Pa’ lo que sea!

Inocencio no se resiste más y se besan, la sube sobre la mesa y acerca su lengua a un pezón erecto. De repente, se separa.

INOCENCIO
Mejor no, comadre… La niña puede venir.

DOLORES
No se preocupe, Inocencio. Siempre hace lo
que uno no quiere que haga…

Inocencio vuelve a abrazarla, pero aún dudoso. Dolores ríe.

DOLORES
Si usté le dice, “No te vayas por la manigua”,
por ahí derechito se va…

Inocencio se separa bruscamente.

INOCENCIO
¡No diga eso, comadre! La niña puede estar en peligro!

Inocencio toma el hacha que clavó en el madero y sale de la casa. De un manotazo, Dolores lanza el pocillo que Inocencio dejó sobre la mesa y queda excitada, arriba de la mesa.









jueves, 20 de mayo de 2010

MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS parte 7














18. INT. NOCHE. CUARTO DE PALO DE INOCENCIO.
En el interior de su cuarto de palero, Inocencio completamente desnudo, fuma un tabaco y echa el humo sobre un cráneo. Como movido por un resorte, suelta el tabaco y agarra a un enorme chivo macho y lo degolla con violencia, vertiendo la sangre que sale del cuello del animal dentro del caldero. En éxtasis total, Inocencio toma el caldero y lo vierte sobre su cabeza, cara y cuerpo bebiendo generosos tragos de la sangre espesa.

















































19. INT. MAÑANA. CASA DE DOLORES.
Dolores termina de arreglarse el cabello, a la vez que sonríe con cierta malevolencia. Luego toma un vasito, la cafetera y se sirve una línea de café. Mientras tararea alguna melodía y sorbe el café humeante, abre la puerta de la casa y mira:

La casita de Inocencio a lo lejos.

A la vez que tararea, Dolores abre las puertas de una vieja vitrina y empieza a sacar pomitos, encurtidos, galletitas caseras, dulces y frutas. Cerciorándose de que nadie la observa, extrae el pomito con los líquidos que extrajo la noche anterior y vierte parte de su contenido sobre algunos alimentos.

Sin perder su sonrisa malévola, va poniendo las cosas en la mesa como en un ritual, va a un rincón, busca entre cestas, bolsas y nailoncitos, y escoge una canasta y comienza a improvisar una cesta con los encurtidos, las galletitas, las golosinas y frutas, en un paño a cuadros rojos y blancos.

Miranda abre la cortina que separa el cuarto improvisado de la casa, a la vez que se hace el lazo de un fresco vestido de flores diminutas y camina hacia Dolores que, de espaldas, tararea una canción y arregla la canasta. Miranda va a sorprenderla, cuando Dolores se da vuelta con la canasta en la mano.

DOLORES
¡Mi amor, lleva esta canastita con comida a tu pobre abuela!
La preparé con cariño y puse encurtidos, galletitas, un pomo con fanguito, y mermelada de guayaba. ¡Doña Zulma es muy golosa!

El rostro de Miranda se convierte en una mueca.

MIRANDA
Yo no voy a ir a la casa de esa bruja…

DOLORES
No hables así, Miranda. Nosotras debemos aprender a perdonar.
Ella solo se ha quedado con Dully y... está necesitada de amor.

MIRANDA
Que se la lleve él, pues, ¿no lo hace siempre?

DOLORES
Temo que le haya sucedido algo a Dullito. Ayer no vino, tú misma lo notaste anoche, ¿recuerdas?

MIRANDA
No, que venga el anormal ese y se la lleve, yo no.

DOLORES
¡No hables así de tu hermano, Miranda! Además… Dully es tu… tío y
hasta como si fuera tu abuelo. En el fondo, yo creo que es un buen muchacho, y es el que más se preocupa por tu abuelita…
Pero ayer no vino, así que tienes que ir tú a ver qué ha pasado.

MIRANDA
Por favor, mamá, no me pida eso…

Miranda se queda con la mirada perdida.

20. FLASHBACK: INT. NOCHE. CASA DE LA ABUELA.
Junto a una ventana, Miranda semidesnuda sobre su cama disfruta con risitas cómo su CACHORRO lame entre sus senos y sus entrepiernas y a la vez ladra.

La Abuela entra tanteando bruscamente con un bastón, fuete en mano. Olfatea.

Miranda se sobresalta, el Cachorro ladra.
La Abuela camina hacia la cama.

ABUELA
¡Puta cochina, ¿qué están haciendo tú y ese perro asqueroso?!

MIRANDA
Abuela, no es la que usted cree, abuela…

La Abuela lanza un bastonazo al aire y le da al Cachorro, que cae contra la pared.

El Cachorro cae al suelo con el cráneo destrozado esparciendo los sesos por el piso.

Miranda lo mira desconsolada.

MIRANDA
(Sollozando)
Mi perrito…

La Abuela la agarra, la tira sobre sus piernas y comienza a darle nalgadas cada vez más fuertes.

ABUELA
Eres una zorra como tu madre. ¡Toma, toma!

Miranda no se queja ni se mueve. Acepta el dolor, y poco a poco da muestras sonoras de placer al recibir las nalgadas. La Abuela se enfurece.

ABUELA
¡Maldita, cochina! ¡Si ya hasta los fuetazos te ponen
caliente! ¡Toma, toma!





















































































19. CONT.
Dolores mueve suavemente por los hombros a Miranda, que sale de sus pensamientos.

DOLORES
¡Miranda! Tu abuela se va a poner contenta al escuchar tu voz…

MIRANDA
Mamá, hasta Dios la tiene que odiar. ¿No te acuerdas
todo lo que sufrimos? ¿Ya se te olvidó?

DOLORES
No te metas en asuntos divinos que no podemos entender los humanos, hija. Tu tío Inocencio dice que sólo Dios tiene el don de juzgar.

MIRANDA
¿Y quién le dio a Dios ese derecho?
DOLORES
(Impaciente)
¡‘Ta bueno ya, chica! ¡No blasfemes más, no invoques a Satanás...!
Hazle caso a tu madre… (Dulce) Debes ir, Mirandita. Si quieres, no entres a la casa y déjale la canasta en la puerta.

Miranda coge la canasta de mala gana. Dolores toma de un armario una caperuza roja que hace juego con el vestido y se la entrega a Miranda.

DOLORES
Toma, para que protejas de la lluvia y el frío, que el día está un poco gris… No tomes el atajo, no te entretengas en el río
y regresa antes de que oscurezca... Sabes que me pongo nerviosa,
si te demoras mucho tiempo fuera de casa…

Miranda se dirige a la puerta y sale dando un portazo.

Al quedar a solas, Dolores se suelta los botones de la blusa, se arregla los senos, se deshace el peinado y se deja los cabellos sueltos. Está nerviosa.

lunes, 17 de mayo de 2010

MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS parte 6














14. EXT. DÍA. CAMPO DE GIRASOLES. (SUEÑO, CON FILTRO)
En un campo de girasoles, donde la tierra está dividida por los surcos de un arado, Inocencio ara la tierra con un pequeño tridente. En distintos puntos del campo, hay pequeñas fogatas que echan humo.

P.V. de Inocencio: Miranda se aproxima a Inocencio, con la caperuza roja que cubre un lindo vestido nuevo de flores diminutas que ciñe su cuerpo, a la vez que come una guanábana. Se detiene frente a él.

Inocencio se inclina sobre la tierra y saca el tridente de la tierra.

P.V. de Inocencio: Miranda abre ligeramente las piernas y le revela su cuerpo a Inocencio, sin bragas. Extiende una pierna.

P.V. de Miranda: La pierna de Miranda se extiende hacia los genitales de Inocencio, evidentes bajo su pantalón de algodón, acuclillado. Con el pie, le acaricia los genitales.

Inocencio alza la mirada. Miranda le sonríe, suelta la fruta y se abre más la parte superior de la caperuza. Inocencio se levanta, extiende la mano al cuerpo de Miranda, toca el centro de su pecho, mete la mano entre la caperuza, va descendiendo hacia su sexo y al llegar y tocarlo, resuenan su grito desgarrador y la risa de Miranda.
La mano de Inocencio ahora es un muñón ensangrentado echando sangre a borbotones.





























































15. INT. NOCHE. CASA DE INOCENCIO.
En su cama, Inocencio da un grito y despierta sudado, con las bragas de Miranda en las manos.
La imagen de Cristo lo mira inquisidor. Inocencio le cubre el rostro con las bragas.
Una figura cruza la puerta de su rancho, en la oscuridad.

























16. EXT. MAÑANA. RÍO / CAMPO.
El riachuelo cristalino. En los alrededores, Dully coloca el bilongo del papel rojo sobre la tierra. Saca unos fósforos y le prende fuego, a la vez que se ríe, medio baboso.

Dully busca entre los arbustos, pero en el riachuelo no hay nadie. Se inclina, arranca plantitas, las corta entre los dedos y las huele; si el olor le resulta agradable, las mastica, y en este proceso, avanza casi a gatas entre las hierbas junto al río. Escucha un canto a lo lejos y a través de los arbustos descubre a Dolores y la sigue de cerca sin que ella se percate.

Dolores está inclinada frente a la manigua, con las manos unidas.

En las manos, Dolores tiene maiz tostado, pescado y jutía ahumados, y tres monedas, a la vez que mueve los labios pidiendo para sus adentros.

Dolores deposita la ofrenda en la manigua.

Dully está con los ojos pelados.

Dolores se incorpora, camina y se inclina cada vez que recoge una planta. Sin embargo, su actitud es más sospechosa, cada vez que escoge una planta se cerciora de que no la están observando y la echa en un saco de henequén que lleva amarrado a la cintura. Sigue avanzando, también huele las plantas. De repente, Dolores se detiene de golpe y mira:

Parados sobre el campo arado, a lo lejos Inocencio discute con el cabo QUIÑONES, un guardia rural.

Dolores se aproxima y trata de escuchar, pero a la misma vez, los hombres comienzan a caminar diagonal a ella, discutiendo.

Dolores se oculta, para no ser vista.

Dully asustado de que ella lo vea, retrocede y se clava una espina de marabú en el pie derecho. Se tapa la boca para aguantar el grito.

Dolores busca la procedencia del ruido.

Dully huye.

Con el rostro endurecido, decidido, Dolores observa a Inocencio y Quiñones alejándose.


























17. INT. NOCHE. CASA DE DOLORES.
Miranda escribe en un cuaderno. Escribe muy mal, como una niña de primer grado, mientras su madre está sentada a la mesa.

Del saco de henequén, Dolores saca algunas plantas y las echa en un mortero. Las va macerando sonriente, a la vez que de vez en cuando mira con satisfacción hacia Miranda. El jugo que extrae lo va echando en un pomito de cristal.