El crítico Gustavo Arcos le escribe a Juan Antonio García Borrero un texto para su blog www.cinecubanolapupilainsomne.wordpress.com
a propósito del texto de Fernando Pérez LA PARTÍCULA DE HIGGS
Hola Juany
No quería pasar por alto un significativo hecho ocurrido hace unos días. Mientras participábamos en el exitoso Taller de Crítica Cinematográfica, Fernando Pérez renunciaba a su labor como director de la Muestra de Cine Joven, un evento que gracias a su visión y entrega se ha convertido en un punto ineludible de referencia audiovisual en la isla. Leyendo en tu blog, su texto: LA PARTÍCULA DE HIGGS y aun con los ecos de nuestros recientes debates sobre el cine de los 70, propiciados por el Taller, tengo que expresar mi absoluto apoyo a Fernando, quien una vez más da muestra de su ética como artista y cubano. Al mismo tiempo no puedo sino alarmarme ante el silencio que muchos otros cineastas, jóvenes o veteranos, han tenido al respecto.
Hace más de diez años, en un texto que publicó Revolución y Cultura, titulado Ruidos en el Almacén, expresaba mis puntos de vista sobre el estado del audiovisual nacional a partir de la irrupción de las nuevas generaciones y el debilitamiento de la industria oficial. Decía entonces, que el principal problema que le veía a esa atomizada creación era precisamente su fragilidad como generación. Cada uno parecía mirarse a su ombligo, sin tomar realmente partido por el destino de su cine. Para ellos lo importante era crear, hacer, filmar contar las historias y expresarse pero sin un sentido de pertenencia a nada, sin una fidelidad a otra cosa que no fuese ellos mismos. Poco después, vimos el primer síntoma de ello cuando Ian Padrón vio censurado su documental Fuera de Liga, sin que ninguno de sus contemporáneos dijera la más mínima palabra pública. La propia Muestra de Cine Joven ha visto como año tras año diversos materiales resultan “incómodos” para ese aparato que no tiene rostro, ni nombre, pero que prohíbe, corta, limita o silencia, las obras realizadas por los más jóvenes artistas. El documental Revolution, fue objeto de escarnio, polémicas, discusiones y malestares hace dos años y aunque la Muestra logró exhibirlo y hasta premiarlo, otros Festivales posteriores le negaron su inscripción por presiones de “las alturas”. Películas significativas como Video de familia, la ya mencionada Fuera de Liga y los documentales De buzos, leones y tanqueros, The Illusion, Buscándote Habana, Utopía o Revolution, aún no han sido exhibidos en nuestros cines o espacios televisivos, de forma natural y comercial. Solo menciono algunos, los que han obtenido premios y han sido considerados por la crítica nacional entre los más destacados filmados en Cuba durante la pasada década.
Cuando Fernando Pérez, suscribe su texto y recuerda su posición como gestor de un proyecto inclusivo, que tanto ha tenido por años, que lidiar contra todo tipo de “fuerzas externas”, aquellos que aman el arte y el cine deberían estar de su lado, aunque por ello tengan que paralizar la Muestra. No importa aquí si el documental censurado ahora, es bueno, logrado o mediocre, lo que interesa es la posición común que deberían tener los creadores más jóvenes y también los que no lo son, para con esta actitud de censurar y prohibir. Si los ideólogos, o funcionarios del ICAIC, consideran que un documental puede provocar la caída de un sistema, una idea, o un proyecto de sociedad, entonces poco han conseguido a lo largo de 50 años. Si un filme, por lo crítico o realista que sea, consigue que la burocracia y la mediocridad lo censuren, preocupada por las “ideas” que en él se expresan, solo será una muestra del fracaso total de esa voluntad y la extraordinaria debilidad de este proyecto político.
Gustavo Arcos, La Habana.
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