martes, 20 de marzo de 2012

CARTA DE COOPERATIVA PRODUCCIONES

Acabo de recibir vía correo electrónico esta carta que envía el realizador y productor cubano, graduado de la EICTV, Ricardo Figueredo a raiz de la no inclusión de su documental Despertar en la Muestra de Cine Joven de 2012.

La Habana 7 de marzo del año 2012.
Año del 53 Aniversario de La Revolución.

A quien pueda interesar:

El motivo de esta carta es un hecho que sucedió el pasado 6 de marzo del 2012, Año del 53 Aniversario de la Revolución; un hecho que desde nuestra percepción de noveles y no tan noveles realizadores, es un hecho insólito. A las 14:00 horas nos entrevistamos con el director del Centro de Información del Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (ICAIC), compañero Roberto Smith, el cual nos comunicó que el documental “Despertar”, de los directores Anthony Bubaire Pérez y Ricardo Figueredo Oliva, se “apartaba de la política cultural” de la ya mencionada institución; por lo tanto, se había decidido “que no se exhibiera “Despertar” en la Muestra Joven”.
Ante esta noticia nos remitimos rápidamente al razonamiento lógico, ¿Por qué nuestra película no puede exhibirse, después de aceptada en La Muestra Joven? ¿Cuán alejada está de lo artístico o de la política cultural cubana? ¿Cuál es la política cultural cubana? Como segundo paso nos citamos con Fernando Pérez, excepcional director en el cine cubano y Presidente de La Muestra Joven; en la conversación con Fernando, nos comunica que había decidido renunciar a su cargo de Presidente, manteniendo su apoyo, pero tomando esa lamentable decisión.
Fernando Pérez junto a su equipo de trabajo, en las reuniones de selección, aprobaron “Despertar”; pero esto no valió para unos funcionarios X de cultura; quienes le comunicaron a Fernando que “Despertar” estaba fuera de competencia; obviamente, esta información no fue compartida por el compañero Roberto Smith.
Lo que sí nos informó el compañero Roberto es que, después de ser escogida la película para la competición, se hizo “una revisión” por la dirección del ICAIC, donde determinaron, “entre otras cosas”, que por “una cuestión de realización” ésta no podía ser presentada.
Todo esto, nos cuestionamos, ¿Existe todavía? Si esta estratagema forma parte de la política cultural del país, consideramos entonces que estamos involucionando emocionalmente o balanceándonos en el subdesarrollo. Si vamos en vías de desarrollo social, si los proyectos económicos están madurando, y en comparación con la situación mundial estamos en un “período de proliferación”, esas mentalidades y proyecciones son inversamente proporcionales a la política hasta entonces expuesta. ¿Cambiamos realmente? ¿Rectificamos los errores? ¿Sucesos de este tipo son errores o soluciones? ¿En décadas anteriores, nos equivocamos, o “nos equivocamos”?

Desde nuestra posición resulta más pequeño el aro, lo que nos traslada a pensar que nuestro “caso” no ha sido el único en los últimos años, por lo tanto es de esperar que estemos muy afectado. Debemos ejercer una fuerte crítica contra sucesos como éste. Si continúan las instituciones o los funcionarios de éstas instituciones manifestándose de esta manera, el arte cubano, el que se manifiesta en las calles, el que surge de la realidad, irá a pique uno de estos días; ¿O será que el arte cubano es elitista? ¿O será que “el arte del pueblo” es elitista? ¿Cuál es el “arte del pueblo”? A diario observo las diferentes manifestaciones de arte cubano expuestas en los medios de difusión masiva y la mayoría no nos representan, no muestran la realidad real, ¿Es eso válido? ¿Qué representa entonces? ¿A quién o a quiénes representa? ¿Es ésa la imagen? Acontecen festivales de cultura, cine, teatro, música; pero ¿Qué “artistas” consiguen llegar ahí? ¿Si los procesos de selección y “revisión” son semejantes al de mi obra, ¿Qué se exhibe, arte o propaganda?
Es peculiar como el arte “dentro de la Revolución” ha experimentado varios procesos interesantes; las reuniones en la Biblioteca Nacional o Palabras a los Intelectuales; el Primer Congreso de Educación y Cultura; el Caso Padilla; el Quinquenio Gris o Pavonato; y muchos otros; en la mayoría o en cada uno de éstos se cometieron grandes errores, errores irreparables para el arte y la cultura en general, errores que quizás afectaron el actuar de muchos artistas, errores de los cuales hoy no se aborda una palabra pues se hallan superados, errores que hoy son expuestos como mecanismos de disposición; observamos, si estos procesos son los tomados de ejemplos guía para encaminar el arte cubano de hoy, quisiéramos subrayar entonces, que estaríamos marchando en dirección contraria al progreso, y cada día se fortalecerán más los ejecutores que no dudan en censurar , no en función de una cultura soberana, sino en función de crecer como poder inquisidor; convirtiendo así, para los años posteriores, a la cultura cubana, en un estado sitiado por la prepotencia irracional, insensata e irrazonable. Para limitar ese desagradable futuro inmediato desearía que el ICAIC nos ofreciera una explicación por el hecho antes expuesto o quizás una disculpa, una revaloración; naturalmente no querríamos justificaciones obsoletas; existen muchas personas afectadas con esto y hay mucho sacrificio en cada imagen; por lo tanto, hago un llamado al buen juicio de algunas personas, de las cuales aún tenemos esperanzas.
Muchas Gracias.
Atentamente

Cooperativa Producciones

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