sábado, 30 de julio de 2011

MOLINA'S VINTAGE: CULPA

"Molina's Culpa" fue mi tesis de la escuela de cine, es una obra muy querida y la que comenzó todo el culto moliniano. Corría el año 1992 y ya los estudiantes estaban enfrascados en la búsqueda de temas para sus ejercicios. Como soy bastante vago, fui dejando para el final el guión y cuando pidieron los proyectos, yo no tenía nada en la mano. Entonces eché mano a una historia que habíamos escrito mi amigo Alan Coronel, un estudiante ecuatoriano, y yo durante una tarde de 1991. Era una historia que desarrollamos cagándonos de la risa porque no aplicamos las enseñanzas de las clases de guión, sino que escribimos directamente el guión, saltándonos la sinopsis, argumento, biografías, etc. Fuimos directo al grano escribiendo un guión de un tirón con comienzo, desarrollo y final, sobre un joven muy religioso con una relación muy especial con Jesús que, al encontrarse con una prostituta, se involucra en una tormentosa relación que termina en tragedia, todo ello mientras el pueblo donde ocurre la historia está azotado por un misterioso criminal llamado "El Asesino de los 7 Cueros". No había tenido la oportunidad de rodar esta historia y la había engavetado hasta que llegó el momento de presentar un guión. Ahí comenzó la azarosa marcha de "Culpa" que luego, por un giro de egolatría y con toda la intensión de molestar, se convirtió en "Molina's Culpa".
Un honorable jurado integrado entre otros por Jorge Fraga, Julio García Espinosa, Ambrosio Fornet y algunos más que no recuerdo, rechazó el guión argumentando problemas dramatúrgicos. En una conversación con Fraga, le pedí que me dijera cuáles eran. "Hay que suavizar el guión, quitar la carga obscena..." y no sé qué otras cosas más. De eso ya hace 20 años y no recuerdo bien, pero sé que todo era un poco absurdo. Escribí otra versión del guión y fue aceptada.
El país había entrado en esa cosa llamada "periodo especial" y la escuela no vivía al margen de ello. Como supuse que ya había creado un precedente y para evitarme otros obstáculos de tipo logístico y de producción, decidí rodar la película íntegramente dentro de la institución, ahorrándoles combustible y un montón de cosas más. Por supuesto, rodé el guión original, no el "aprobado". Mi idea entonces fue crear una historia claustrofóbica aprovechando los espacios que tiene la escuela de cine y que los estudiantes no usaban. Aparecieron algunos escépticos entre profesores y compañeros que me dijeron que era imposible filmar esa historia en un lugar tan poco visual, que cómo iba a hacer esto y lo otro, bla, bla y bla. Total, que al final los maestros me dejaron un poquito a mi libre albedrío y eso me vino muy bien, porque como "Molina está medio loco, hará su mierda y ya". Más o menos algo así pensaron y me sacaron el pie, como decimos en buen cubano. Ni un solo asesor hizo acto de presencia durante el rodaje, con excepción del maestro y amigo Fernando Pérez, que aceptó hacer un papel, el personaje de Eleuterio Santa Cruz, un pobre diablo a quien le echan la culpa de los crímenes.
Encontrar a los actores fue otra odisea. Para el personaje principal yo quería a un actor joven que estudiaba en el ISA, Pablo Guevara. Me gustaba cómo lucía, me recordaba a Klaus Kinski. Fui a verle a su casa y me dijo que lo pensaría. Realmente no le noté muy entusiasmado, pero a los pocos días fui a verlo de nuevo y me dijo que no, que eso no le aportaba nada a su carrera. Bueno, Molina, qué se le va a hacer, te lo pierdes. Aparejado a ello estaba en la búsqueda de la actriz. A cuanta actriz le mostraba el guión se negaba rotundamente argumentando la supuesta obscenidad de la historia, los desnudos, la violencia, etc., etc. Se estaba haciendo bastante difícil encontrar a mis actores. Se estaba haciendo difícil llegar a rodar el cortometraje. Hasta que un día buscando desesperado algún nombre en los estudios de Mazón y San Miguel, se me acercó un joven actor al que yo había visto en uno que otro serial infantil y algún dramatizado de la televisión. Presentándose como Luis Enrique, me dijo que había leído el guión por mediación de una actriz amiga y que le había encantado y que quería protagonizarlo. A priori, no era el actor que yo quería, pero por un gesto que hizo cuando abrió su agenda y algo que había escrito en ella, por una fragilidad que percibí, al instante decidí darle el personaje. Encontrar a la actriz se estaba haciendo una misión casi imposible hasta que una semana antes del rodaje, mi amigo Adolfo Llauradó quien hace un cameo en el corto, me aseguró que él me encontraría a la actriz. El fin de semana previo al rodaje, apareció Adolfo con la sensual Idalmis del Risco, conocida actriz de la televisión con algunas apariciones en el cine nacional, quien me dijo que haría la película sin haber leído el guión. Un acto de valentía que agradeceré siempre.
En el equipo técnico, el único que estaba seguro era mi amigo Basilio García como director de fotografía. Todos los demás miembros fueron apareciendo, tanto los que no estaban en ninguno de los equipos que se formaban para rodar las tesis, como algún inadaptado que, en previa conversación, el director de la escuela, Orlando Senna, me pidió que aceptara. Nada, entre gente buena , pero complicada comenzó el rodaje con alguna que otra imprevisión: el asistente de dirección se emborrachó y no apareció un día, pequeñas diferencias entre director-actor y director-actriz, etc. Aun así, se cumplió el plan de rodaje tal como estaba previsto. El último día de rodaje, cuando atrapan a Eleuterio, estuvieron en el elenco, como dije, el cineasta Fernando Pérez; el director de Cultura de la escuela, Édgar Soberón Torchia, en el papel del capitán Mu, a cargo del operativo, quien a partir de entonces ha colaborado en cinco de mis guiones; la esposa del director, Conceição Senna, como una policía brasileña; el jefe de Extensión Cultural, Raúl Fidel Capote, que ya murió, como un policía ruso; el futuro cineasta Arturo Sotto Díaz, que era mi compañero de generación, como un policía tartamudo; y como un policía "floreado", el videotecario de la escuela, Marcelino Pérez, que se hacía llamar Marcelina Roberts (por sus "hermanos bastardos" Julia y Eric. Artífices muy importantes en el equipo para hacer llegar el barco a puerto seguro, fueron Mónica Cifuentes como asistente de cámara y Daniel "Quelonio" Quevedo como el chico "utility". Una muy buena fotografía de Basilio y una soberbia interpretación de Luis Enrique e Idalmis cerraron el programa con broche de oro. "Culpa" se rodó en 35mm, en glorioso blanco y negro ORWO (GDR) y su posproducción fue tan tortuosa que sus negativos hoy están perdidos, ya que viajaron de Cuba a Venezuela y a no sé dónde más, porque el laboratorio del ICAIC cerró por reparaciones (recuerden que estábamos en el periodo especial) y el material de la EICTV estuvo revelándose en varios lugares. Hasta el día de hoy no han aparecido los negativos. Solo sobrevive un copión de moviola y un telecine en U-Matic con la mezcla de sonido. Así las cosas, la película se ha proyectado en video en montones de lugares dentro y fuera de la isla, ha ganado un culto de película postmoderna en estos años y sobrevivido con bastante dignidad a otras tesis muy aupadas de la época que quedaron por el camino.
Más abajo, un link donde puede verse el corto en la web.





http://www.veoh.com/browse/videos/category/sexy/watch/v18553991sJGceXeh

1 comentario:

lulu dijo...

Que curiosa la historia de Culpa, esa es la obra moliniana que más me gusta. Saludos