lunes, 25 de abril de 2011

MÁS SOBRE MOLINA EN EL BLOG DE JUAN ANTONIO GARCÍA BORRERO

Aquí les va este artículo que gratamente me sorprendió, al entrar hoy en el blog de mi amigo Juan Antonio García Borrero
http://cine-cubano-la-pupila-insomne.nireblog.com/


EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS: MOLINA’S EXÉGESIZZ 25-04-2011 GTM 1 @ 12:49
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El sueño de la razón produce monstruos: Molina´s exégesizz
Por: Antonio Enrique González Rojas

Toda etapa de extremo conservadurismo o de suave moderación como por la que transita ahora el Cine Cubano (acusada una evolución perceptual a un plazo tan largo que casi huele a mera sustitución por ley de la vida), engendra monstruos, al igual que el sueño de la razón. Pero éstos son sólo avatares del Shiva hindú, fuerza destructiva del Trimurti, tan imprescindible para el mundo como la creación y la conservación, pues su intervención implica nuevos renaceres. Del caos nacerá la llama; la necesaria y coyuntural anarquía que barre con procederes añejados, para establecer visiones otras. Aparecen en lontananza tiñosas autistas, aparecen tipos como (Jorge) Molina… (“Molina´s Culpa”, “Molina´s Test”, “Molina´s Fantasy”, “Molina´s Solarix”, “Molina´s Ferozz”)

Entre las grietas de viejas estructuras, circula embozada la rebelión, que deriva hacia posturas estéticas de resistencia y (auto)marginación, cuya casi brutal alternatividad agrede percepciones, legitimando hasta las carencias técnicas como nuevo arte, al estilo del Dogma ´95, o grandes zonas del cine independiente estadounidense. Este enfant terrible por excelencia del audiovisual criollo, que es Molina, clama por la total adscripción o el total desprecio (y hasta se regodea en éste, obteniendo fuerzas de la segregación, construyéndose la aureola mistificadora del autor de culto), en su total negación de la norma, apela a antiguos desterrados y los recicla con nuevo lustre. Bebe de los géneros B, resucita fantoches, espantajos grotescos y torcidos polichinelas; toda la Corte de los Milagros en pleno. Favorable le es el contexto postmoderno, donde fenecen discursos, signos y épocas, en ebullente caldera heterodoxa, siendo la propia forma manifiesto. La escatología es levantada como estandarte, que delatará la raída ropa interior subyacente bajo trajes lustrosos.

En ególatra y reafirmación perenne de su autoría, donde poco concede al espectador, importándole menos aún la negociación o la pátina kitsch que dora la píldora, este creador obliga a quienes presencien sus propuestas, a entrar en su mente, a danzar con sus demonios personales alrededor de hogueras de vanidades, a tragar en seco ante una abundante Idalmis del Risco en pleno coito, siendo probablemente “Molina´s Culpa” el primer abordaje del sexo explícito en la historia audiovisual cubana, quizás con el mismo efecto del juvenil Almodóvar mesurando penes en la temprana y postfranquista “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”.

Sucesivamente asesinada es la diva por un no menos contundente Cuban Psycho con todas las de la ley, sin obviarse todos los retorcidos senderos de su mente, sus lógicas y motivos. Invita a extrañarse en la onírica aventura sadomasoquista de la parejita que sufre la Wong´s (Molina´s) Test; donde en leve guiño a la tortura climática de “1984”, las respectivas integridades son quebradas, desechas las ilusiones (alucinaciones) de entrega total hasta que la muerte los separe, exigiendo en el colmo del sufrimiento el sacrificio del otro como única solución para detener el dolor. En este caso, para dar al traste con toda la decencia humana y validar oscuras moralejas no hay muerte, sólo tormentos psicológicos pero relamidamente gore en lo visual, tomados de “The Texas Chain Saw Massacre”, “Hostel”, o la serie “Saw”,

Desde una rotundez que parte de la provocación constante, nunca de la persuasión, Molina no guarda paz con nadie. Encabeza múltiple rebelión, tanto contra los añejos signos fílmicos que anquilosan las pantallas cubanas, como contra las voces, militantes de la otredad, que buscan un cine colimado en dramas y tormentos personales, sostenidos en contextos extraídos de la realidad común del cubano, o al menos referenciándola directamente. Desbarra con sus obras de todo explícito “compromiso social” o “misión histórica”, replegándose a sus propios intereses creativos, imagen y semejanza de los demonios de cada ser humano, que, ocultos tras la máscara de la masa, son satisfechos o exorcizados en la abyección privada, donde el deseo sigue misteriosos caminos, hasta desembocar en las monstruosidades más terribles. En éstas se refocila a caja destemplada, y también reflexiona ¿por qué no?, el largometraje “Molina´s Ferozz”, bizarra cámara gótica de opresivos horrores psicológicos, donde un aplatanado Humbert experimenta licantrópica mutación ante los atractivos de la Lolita guajira/Caperucita que es su sobrina, haciendo caso omiso de las incitaciones de la madre viuda.

El básico conflicto de autorrepresión/pedofilia, está enmarcado y remarcado por un ambiente cuya densidad atmosférica puede cortarse con un cuchillo. Desarrolla hacia otras aristas la intención ya manifiesta en …”Culpa” y …”Test”, de desollar al ser humano, liberarlo de la piel de oveja piadosa con que camufla pudentas zonas de morbo, abyección y maldad, desde inusuales aires fabulescos, de enseñanzas que pocos están dispuestos a aceptar. Logrado es todo esto con una fotografía que extrae la máxima expresividad de los rostros, dejando poco o nada a los parlamentos, la explicitación de sensaciones e ideas; la cuidadosa dirección de arte detentadora de agobiantes interiores de covachas más cercanas a la cabaña del cuento europeo que al bohío, acentuada esta ambiguación por los ropajes peregrinos, también más conniventes con el siglo XVIII grimmesco que con el campo cubano del XX.

Con esta suerte de sumun estético-filosófico molinesco que es “Ferozz”, libre y maduro explayamiento de sus habilidades narrativas y de recreación de atmósferas “extrañas”, vuelve a fundar, lanzando la primera cinta de terror cubana, desde una creación de próvida autenticidad, hábil apropiación/restructuración de referentes, y recursos del splatter y el gore (y más allá, del clasificado como torture porn o gorno), curiosamente asimilados todos por el público criollo como la cosa más normal en los disímiles filmes foráneos disponible en cualquier banco de alquiler particular, sin embargo, rechazado cuando se mezcla con peligrosamente cercanos elementos de la cubanía.

Ganado tiene ya Molina, por la indiscutida originalidad y consecuencia poética (¿extrema y qué?) de sus piezas, un nicho, más bien una trinchera, en la centenaria historia del cine nacional, instigando su main stream con los nada sutiles Molina´s aguijones, quizás no tan palmariamente disonantes como los de Humberto Padrón (“Los zapaticos me aprietan”, “Y todavía el sueño”, “Video de familia”), e incluso Arturo Infante (“Utopía” y “CDR 666”), pero lo suficientemente acerados para envestirse de necesaria alternativa, y rubricar los numerosos folios dejados en blanco por nuestro cine industrial en el registro de la Historia.

1 comentario:

Tenchy Tolón dijo...

Excelente retrato de una Obra proscrita, pero no por mucho más tiempo.