lunes, 17 de mayo de 2010
MOLINA´S FEROZZ: EL GUIÓN Y LA PELÍCULA EN FOTOS parte 6
14. EXT. DÍA. CAMPO DE GIRASOLES. (SUEÑO, CON FILTRO)
En un campo de girasoles, donde la tierra está dividida por los surcos de un arado, Inocencio ara la tierra con un pequeño tridente. En distintos puntos del campo, hay pequeñas fogatas que echan humo.
P.V. de Inocencio: Miranda se aproxima a Inocencio, con la caperuza roja que cubre un lindo vestido nuevo de flores diminutas que ciñe su cuerpo, a la vez que come una guanábana. Se detiene frente a él.
Inocencio se inclina sobre la tierra y saca el tridente de la tierra.
P.V. de Inocencio: Miranda abre ligeramente las piernas y le revela su cuerpo a Inocencio, sin bragas. Extiende una pierna.
P.V. de Miranda: La pierna de Miranda se extiende hacia los genitales de Inocencio, evidentes bajo su pantalón de algodón, acuclillado. Con el pie, le acaricia los genitales.
Inocencio alza la mirada. Miranda le sonríe, suelta la fruta y se abre más la parte superior de la caperuza. Inocencio se levanta, extiende la mano al cuerpo de Miranda, toca el centro de su pecho, mete la mano entre la caperuza, va descendiendo hacia su sexo y al llegar y tocarlo, resuenan su grito desgarrador y la risa de Miranda.
La mano de Inocencio ahora es un muñón ensangrentado echando sangre a borbotones.
15. INT. NOCHE. CASA DE INOCENCIO.
En su cama, Inocencio da un grito y despierta sudado, con las bragas de Miranda en las manos.
La imagen de Cristo lo mira inquisidor. Inocencio le cubre el rostro con las bragas.
Una figura cruza la puerta de su rancho, en la oscuridad.
16. EXT. MAÑANA. RÍO / CAMPO.
El riachuelo cristalino. En los alrededores, Dully coloca el bilongo del papel rojo sobre la tierra. Saca unos fósforos y le prende fuego, a la vez que se ríe, medio baboso.
Dully busca entre los arbustos, pero en el riachuelo no hay nadie. Se inclina, arranca plantitas, las corta entre los dedos y las huele; si el olor le resulta agradable, las mastica, y en este proceso, avanza casi a gatas entre las hierbas junto al río. Escucha un canto a lo lejos y a través de los arbustos descubre a Dolores y la sigue de cerca sin que ella se percate.
Dolores está inclinada frente a la manigua, con las manos unidas.
En las manos, Dolores tiene maiz tostado, pescado y jutía ahumados, y tres monedas, a la vez que mueve los labios pidiendo para sus adentros.
Dolores deposita la ofrenda en la manigua.
Dully está con los ojos pelados.
Dolores se incorpora, camina y se inclina cada vez que recoge una planta. Sin embargo, su actitud es más sospechosa, cada vez que escoge una planta se cerciora de que no la están observando y la echa en un saco de henequén que lleva amarrado a la cintura. Sigue avanzando, también huele las plantas. De repente, Dolores se detiene de golpe y mira:
Parados sobre el campo arado, a lo lejos Inocencio discute con el cabo QUIÑONES, un guardia rural.
Dolores se aproxima y trata de escuchar, pero a la misma vez, los hombres comienzan a caminar diagonal a ella, discutiendo.
Dolores se oculta, para no ser vista.
Dully asustado de que ella lo vea, retrocede y se clava una espina de marabú en el pie derecho. Se tapa la boca para aguantar el grito.
Dolores busca la procedencia del ruido.
Dully huye.
Con el rostro endurecido, decidido, Dolores observa a Inocencio y Quiñones alejándose.
17. INT. NOCHE. CASA DE DOLORES.
Miranda escribe en un cuaderno. Escribe muy mal, como una niña de primer grado, mientras su madre está sentada a la mesa.
Del saco de henequén, Dolores saca algunas plantas y las echa en un mortero. Las va macerando sonriente, a la vez que de vez en cuando mira con satisfacción hacia Miranda. El jugo que extrae lo va echando en un pomito de cristal.
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