Mi aporte…
Acerca de la renuncia de Fernando a la presidencia de la Muestra
Joven, la posteridad de este encuentro y otras cuestiones…
Queridos amigos y amigas.
La página está en blanco y no es precisamente porque me falten las
palabras o las ideas. Me vienen a la cabeza como torbellino, como
efervescencia viva, pero son tantas las cosas que quisiera compartir
con ustedes, hijos e hijas, hermanos y hermanas míos, de este nuevo
milenio, en un mundo ya viejo, en un país viejo, en una maldita
circunstancia de no ser o de ser a medias.
Tengo treinta, y hay hombres y mujeres que con menos, estaban viviendo
y empujando la Historia, su Historia, la que les pertenecía, la que
cambiaron…
El concepto mismo de Historia, puesto en cuestión, nos confirma la
necesidad de interpretar los sentidos del mundo desde múltiples
variaciones y miradas. Nuestro cine está hoy contando lo que nuestros
ojos ven, pero también, lo que nuestro corazón siente, lo que nuestra
percepción del mundo aprehende y lo que nuestras esperanzas y
angustias, nos confirman como el país que no puede seguir siendo;
mientras otro país se asoma por debajo de la corriente anecdótica,
como la posibilidad de un futuro mejor, o donde al menos, la
felicidad, la libertad, el humanismo, no se constriñan a única voz,
sino que se escuche hasta el infinito, como una estruendosa polifonía.
Ninguno de nosotros y nosotras, podría adivinar el futuro o el lugar
donde le tocará dejar sus huesos, “en que tugurio, en qué mazmorra, en
que mendigo”, en qué sitio calmo y tibio, al amparo de “qué gloria”.
Pero hoy (mañana), lo más importante y sagrado, es que al mirar atrás,
no sintamos que nuestra “época”, “nuestro tiempo” y “nuestra
historia”, la dejamos ir, en el más cómplice silencio, arrogancia y
egoísmo.
Un libro que se nos enseña en la escuela, nos dice al final de sus
páginas, que uno lucha para y por gentes que no conocerá, porque están
más allá del alcance de nuestro tiempo físico. Nuestras vidas también
son el reflejo del empeño, de un sacrificio de muchos y muchas, que no
conocimos, a quienes ya no podemos dar las gracias por lo que
hicieron. Nuestra inmediatez nos permite tener más cerca a los hombres
y mujeres que soñaron y practicaron un cine que jamás olvidó al ser
humano en sus múltiples dimensiones, que no dejó de construir nuevas
realidades, aguijoneando sin piedad cada partícula de formalismo, de
dogma, de injusticia, de cadalso, de reducción y simplificación de la
existencia humana a la medida absoluta de un funcionario, un poder
hegemónico o lo políticamente correcto. Corren por nuestros ríos
internos, muchas rebeldías y compromisos, que bien podrían ser el
combustible vital para nuestra cruzada contra todas las dominaciones.
Agradezco le llegada de sus mensajes, porque me provocan la osadía de
escribir estas palabras, pero más que eso, la conmoción necesaria para
actuar. Creo que la Muestra Joven es un espacio que urge apuntalar no
solo con lo que podamos decir y exigir. Es muy importante pensar,
soñar y accionar todo lo necesario para imprimirle un dinamismo
creciente, para que no se vaya a desgastar su esencia tras una vitrina
estéril o un escenario frívolo. Nos corresponde tomar el cielo por
asalto, nuestro cielo, con los errores y aciertos, de que seamos
sujetos.
Me parece impostergable que cada uno desde lo más hondo de su alma, se
pregunte por el sentido de su existencia, trate de visualizarse ante
la posteridad y lo perentorio del presente, y halle el lugar y la
forma en que dejará pasar ante sus ojos la vida o se sumará a su
torrente arrollador, sin pedir nada a cambio, sin más expectativa que
no dejar de volar y correr hasta que las alas y los pies terminen
calcinados bajo el sol y los años.
Al final del camino, todos y todas, envejeceremos y nos convertiremos
en pasado, para que el color de ese pasado, ilumine o deje en la
oscuridad a los habitantes del futuro, que no tendrán más remedio que
encender nuestras osamentas para ver en la noche, alrededor de sus
hogueras, otros fueguitos que arderán a lo lejos.
Discúlpenme tanta palabrería, pero esto me nace desde el fondo. Creo
que trataré de escribir con más racionalidad luego, ahora necesito un
poco de distanciamiento. Esto es parte catarsis y parte mística. Por
ahora, que los funcionarios funcionen para que la Muestra siga, que a
los burócratas dogmáticos y formales, no se les ocurra meter las
narices en esto y que todos y todas, con nuestras diferencias y
nuestra diversidad, aportemos como creadores y creadoras, como
ciudadanos y ciudadanas, lo mejor nuestro, a la construcción de una
cultura cubana y universal libre de dominaciones y de desidia.
Ernesto Pérez Zambrano
Abril 5 de 2012
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