La semana pasada estuve en Stgo de Cuba, my hometown. Aunque nací en Palma Soriano, soy santiaguero por default, ya que a los 11 años me fuí a vivir a esa hermosa ciudad y prácticamente toda mi adolescencia y juventud las pasé allí. Fue un viaje de reencuentro, reencuentro con la ciudad que reconozco está muy bonita, reencuentro con algunos miembros de mi familia a los que no veía hace bastante tiempo y reencuentro con un grupo de amigos entrañables. Todo esto fue posible gracias a una invitación de la Editorial Oriente que celebraba sus 40 años de trabajo, y entre sus actividades tenía una tarde dedicada a las publicaciones sobre cine donde cerraba Molina´s Ferozz. En el cine Rialto, lugar que no pisaba hace más de 20 años, Luciano Castillo, Juan Antonio García Borrero y yo, hablamos con el público de eso que se ha convertido en el no va más de nuestras vidas, el cine. Allí estaban mi familia, mis amigos, conocidos y otros. Fue una hermosa velada que siguió después de la película en la Casa de la Trova y otros lugares de la bohemia santiaguera entre cervezas, comidas y más cervezas.
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