lunes, 18 de febrero de 2013

PREMIO GOYA PARA JUAN DE LOS MUERTOS

El filme , estrenado en La Habana en diciembre de 2011 durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, ha tenido un sólido recorrido por múltiples eventos del séptimo arte, y ha recibido distinciones como el Fanomenon Audience Award, en Inglaterra, el cuervo de plata en el BIFFF de Bruselas, el premio de la popularidad y mejor actor (Alexis Díaz de Villegas ) en FANTASPORTO, entre otros importantes festivales del mundo; cerrando ahora con el Goya de la Academia del Cine de España a la mejor película iberoamericana, dejando en el camino a películas tan loables como la chilena NO de Pablo Larraín, la argentina Infancia Clandestinade Benjamín Avila, la paraguaya 7 cajas de Juan Carlos Maneglia y Ana Schembori y la mexicana Después de Lucía de Michel Franco.

La película recrea la llegada del fin del mundo en La Habana, generado por una epidemia de zombis, a los que se enfrentan Juan, el protagonista, y su grupo de amigos, una pandilla muy bizarra.

Protagonizada por Alexis Díaz de Villegas, Jorge Molina, Jazz Villá, Andrea Duro, Antonio Dechent, Andros Perogurría y Eliecer Ramírez, Juan de los muertos es atípica dentro de la producción cinematográfica cubana, ha recibido críticas desde muy negativas hasta francamente alentadoras; sin embargo, el público la acogió masivamente y, de hecho, recibió el Premio de la popularidad que otorga el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

Juan de los muertos es la segunda película de Alejandro Brugués, cuya opera prima fue Personal Belongings; es además una coproducción entre la productora independiente Quinta Avenida y la española La Zanfoña Producciones.

Se trata del cuarto Goya que gana un filme cubano, aunque esta vez, no fue producido por el ICAIC, sino por una productora independiente. 




viernes, 8 de febrero de 2013

POR PRIMERA VEZ: DESMAYARSE EN LA HABANA

Por Jorge Dalton*
En uno de los portales en la calle Prado No 564, en La Habana, funcionó durante mucho tiempo el Cine Capitolio, una sala perteneciente a los llamados "Cines de barrio". Era pequeña, estrecha y con los asientos de palo. A mediados de la década de los 80, los cines en Cuba comenzaron a morir de manera acelerada y uno de los primeros en sucumbir fue el Cine Capitolio.

La única vez que entré, fue en los 70 y exhibían una película polaca de guerra que jamás he olvidado: se titulaba Los Vecinos,era en blanco y negro y “apta para mayores de doce años”, como lo anunciaba un cartelito color beige y de madera de plywood en las taquillas de los cines. Para ese entonces, yo tenía once y ya andaba solo caminando por toda La Habana, siempre y cuando llegara a casa, antes de la siete de la noche. En La Habana, fui un gran caminador, tal vez más que Johnny Walker.

En ese tiempo, yo me las ingeniaba para colarme en las películas de doce, mediante un carnet escolar falso que argumentaba que tener más edad y para colmo, era estudiante de Polo Acuático de la ESPA, algo casi imposible de creer porque yo era muy chiquitico y revijío.

Eran momentos de descubriendo del sexo y sobre todo en Cuba, donde muchas cosas son muy aceleradas. Era muy común entre los muchachitos comentar: ¡“Oye, están echando tremenda película donde sale una mujer encuera!”, “¿Viste tal película? y salen mujeres en cueras”? ¡Ah no!, si no salen jevas encuera, no sirve!
La cosa es que yo caminé bastante para llegar al Cine Capitolio, para saciar mi curiosidad, bajo un fuerte estrés de que no me dejaran entrar, pero gracias al bendito carnet pude hacerlo, teniendo en cuenta que, la mayoría de las veces, no tenía el menor éxito.

Confieso que no recuerdo nada de la película, únicamente de los detalles de la escena prohibida y fue la primera vez en mi vida, que vi un desnudo a toda pantalla. Una joven muy bella frente a su amado, se quitaba la blusa lentamente y de pronto, ¡Pun! salían unos pechos espectaculares. Fue tanta la impresión que me causó, que me desmayé adentro del cine.

Varias personas me cargaron e incluso trataron de llamar a una ambulancia. Cuando vine en sí, dos viejos cascarrabias de la administración del cine me reclamaron fuertemente: ¿Qué coño haces aquí, muchacho, quién te dejó entrar? ¡Arranca pá tu casa, que esta película no es para niños! Y salí corriendo como Juan que se mata.

Nota del autor: Cuando niño y entrada la adolescencia yo padecí de un raro síndrome en que me desmayaba con frecuencia. La otra ocasión en que me desmaye adentro de un cine, fue en un viaje a México, cuando vi una película que se llamaba Emanuelle 2.

*Cineasta cubano salvadoreño, hijo del gran poeta salvadoreño Roque Dalton (1935-1975). Creció entre Praga y La Habana, y se afincó finalmente en San Salvador

Publicado el Domingo, 03 Febrero 2013 01:44 en CAFE FUERTE www.cafefuerte.com


Cine Capitolio